viernes, 14 de enero de 2011

La Teoría de los estratos horizontales

La Teoría de los estratos horizontales, enunciada por Ernesto Sábato en 1948 en su célebre novela El Túnel a través de los pensamientos de su protagonista, el pintor homicida Juan Pablo Castel, no es más que la formalización de algo que cualquier persona inteligente es capaz de intuir. En definitiva, una explicación elegante a la fenomenología de encuentros aparentemente casuales que algunos seres humanos superficiales creen producto del azar:

“Existen en la sociedad estratos horizontales formados por las personas de gustos semejantes, y en estos estratos los encuentros casuales (?) no son raros, sobre todo cuando la causa de la estratificación es alguna característica de minorías. Me ha sucedido encontrar una persona en un barrio de Berlín, luego en un pequeño lugar casi desconocido de Italia y, finalmente, en una librería de Buenos Aires. ¿Es razonable atribuir al azar estos encuentros repetidos? Pero estoy diciendo una trivialidad: lo sabe cualquier persona aficionada a la música, al esperanto, al espiritismo”.
El matemático ruso Andréi Kolmogórov escribió o dijo una vez, no sé con certeza como lo expresó, que el azar es la medida de nuestra ignorancia. La reflexión de Sábato no se aleja demasiado de esa premisa. Perseverando en esa dirección podríamos concluir que los encuentros entre las personas, y ahora me refiero a los encuentros en general más allá de si existen aficiones compartidas o no, no son producto del azar, otra cosa es que no sepamos explicarlos. Existe una probabilidad asociada a cada encuentro que tiene lugar en el mundo en este momento y, obviamente, también para cada uno de aquellos que nunca llegan a concretarse. De alguna manera, los encuentros entre personas son como los choques entre átomos: el reino de la incertidumbre solo nos permite acercarnos hasta un porcentaje de posibilidades, es imposible predecir con toda seguridad si un choque sucederá o no, pero afirmar que son capricho del azar es negar que exista una explicación a lo desconocido, y que seguirá existiendo aunque el mecanismo en cuestión trascienda siempre a nuestra comprensión. Afortunadamente las personas somos mucho más complejas que los átomos, contamos con voluntad propia, o al menos eso creemos. De todas formas, lo esencial es que por fin se ha terminado el aburrido engranaje del determinismo y no regresará: ya no es posible calcular el futuro. La idea de destino sigue en pie, ahora es incluso mucho más sugerente que cuando se trataba de una simple línea recta hacia el horizonte: es un océano de nodos. Todo indica que el futuro será todavía más fragmentario que el presente.

2 comentarios:

  1. Que quiere decir en esa frase , existen en la sociedad....... El protagonista??

    ResponderEliminar
  2. En esta cita el autor se refiere a la teoría de los estratos horizontales, los cuales son pensamientos del protagonista y narrador de la obra y se refiere a las posibilidades de los diversos encuentros de las personas mismas personas en lugares y momentos diferentes

    ResponderEliminar