George Whitman debía tener 80 años
cuando nos echó a patadas de la librería
Shakespeare & Company,
gritando:
"¡No sois nada,
yo también he escrito muchas cartas de amor
y no por eso soy poeta!"
Teníamos 19
y París se nos escapaba entre las manos.
Los poetas adolescentes sufren muchísimo.
Algunas veces como cobayas,
otras como perros abandonados
al principio del verano.
cuando nos echó a patadas de la librería
Shakespeare & Company,
gritando:
"¡No sois nada,
yo también he escrito muchas cartas de amor
y no por eso soy poeta!"
Teníamos 19
y París se nos escapaba entre las manos.
Los poetas adolescentes sufren muchísimo.
Algunas veces como cobayas,
otras como perros abandonados
al principio del verano.
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